Destronar al rey Estómago
By; Jentezen Franklin
Si es usted como otras personas que me han
oído hablar sobre sólo una parte de lo
que cubrimos en el primer capítulo, a
estas alturas estará comenzando a comprender
lo crucial que es la práctica del ayuno en la vida de cada creyente.
Pero como parte de ese cordón de tres hilos de las obligaciones cristianas normales, ¿Por qué se
pasa por alto con tanta frecuencia? Yo creo que la razón principal es una que
ha plagado a la humanidad desde el principio de la creación.
Como ve, ayunar significa crucificar aquello a
lo que me refiero como “rey Estómago” Y en caso de que no sepa quién es el rey
Estómago, simplemente aparte un poco mire hacia abajo y preséntese.
Probablemente, ya le haya oído rugir en desacuerdo una o dos veces desde que
comenzó a leer este libro.
Cada año, toda nuestra congregación en Free
Chapel participa en un ayuno de veintiún días. Sin fallar, las persona
comparten conmigo que tienen ganas de comerse todo lo que vieron esa última
semana antes de comenzar el ayuno, pero eso está bien. Una vez que toma usted
la decisión de ayunar, aunque sea sólo por un día, Dios ve el deseo de su
corazón. Él le dará la gracia de aguantar y ver las victorias que usted
necesita se produzcan. Sin embargo, tendrá usted que escoger destronar a “ese
dictador interior.
Se ha dicho que el camino hacia el corazón del
hombre es por medio de su estómago. La mayoría de las mujeres han negado a
saberlo, ¡pero necesitamos comprender que el diablo y también lo sabe! Algunas personas concretamente cristianas ¡podrían ser la situación geográfica del
“abismo sin fondo Considere por un momento lo que le ha sucedido a la raza
humana mientras ha estado bajo el gobierno del rey Estomago.
Podemos comenzar en el principio, al regresar
hasta el huerto del Edén. La Biblia registra:
“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al
oriente; y puso allí al hombre que había formando. Y Jehová Dios hizo nacer de
la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer, también el árbol
de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal… Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer,
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de
él comieres, ciertamente morirás.
-GÉNESIS 2:8-9; 16-17
Parece bastante claro, ¿no es cierto? Pero la
serpiente era astuta y convenció a Eva de que ella debería comer del árbol
prohibido, y le aseguro que no moriría. “Y vio la mujer que el árbol era bueno
para comer… y tomo de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella” (Génesis 3:6). Y con esa sola comida, Adán y Eva, de
inmediato, pasaron de disfrutar pacíficamente de la presencia de Dios en el
frescor del huerto a ocultarse con temor de su presencia entre los árboles del
huerto.
Ellos literalmente salieron comiendo de la
casa y el hogar. Salieron comiendo de la voluntad de Dios para su vida.
Salieron comiendo de la provisión de Dios, su plan para la vida de ellos y de
su magnífica presencia. Pero sus estómagos quedaron temporalmente satisfechos,
y nosotros aun sufrimos las consecuencias de sus apetitos en la actualidad.
El reinado del Rey Estómago
Al hablar de los pecados de Sodoma y Gomorra,
la gen te normalmente se enfoca en la desenfrenada homosexualidad que había en
aquellas ciudades, pero eso no es todo lo que la Biblia enseña. El Señor le
dijo a Israel por medio del profeta Ezequiel: “He aquí que esta fue la maldad
de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad
tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e
hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quite” (Ezequiel
16:49-50).
Lo primero que puede que observe es que no
daban (afligidos y necesitados) y no oraban (soberbia y ociosidad). Pero es
interesante observar que los habitantes de aquellas ciudades no sólo eran
culpables de homosexualidad, según el relato en Génesis, sino que también, como
vemos aquí, eran culpables de glotonería (saciedad de pan). Junto con sus otros
pecados, su excesiva lealtad al rey Estómago ¡los llevó directamente a la
condenación!
Otro brillante ejemplo de alguien en quien el
rey Estomago ¿estaba elevado y enaltecido es Esaú, el hijo de Isaac y Rebeca.
Como era la costumbre, a Esaú se le otorgó la primogenitura especial del primer
hijo varón. Esa primogenitura llevaba con ella la especial bendición de su
padre y ciertos privilegios. Automáticamente, aseguraba que Esaú recibiría una
doble porción de todos los bienes de su padre. Era una bendición de Dios y no
debía tomarse a la ligera.
Esaú era cazador. Su padre se deleitaba en él,
debido a la abundancia de carne que él llevaba a la mesa. Sin embargo, cuando
Esaú regresó de los campos un día, quizá sin haber tenido éxito en la caza,
sencillamente tuvo hambre. Su hermano, Jacob, estaba a punto de comerse un
sencillo guiso de lentejas y pan, y por eso Esaú, insistiendo en que él estaba
hambriento, suplico a Jacob que le diera la misma comida, cuando impulsivamente
estuvo de acuerdo en cambiar su primogeniture por ese plato, “Entonces Jacob
dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levanta
y se fue. Asi menos- preció Esaú la primogenitum* (Génesis 25:34).
Esaú vendió su codiciada primogenitura debido
a su lealtad al rey Estómago. Dios tema un plan, un destino, una voluntad para
la vida de Esaú, pero su codicia por la comida y la gratificación instantánea
era más importante. El escritor de Hebreos utilizó términos fuertes para
advertir contra llegar a ser como Esaú:
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios… No sea que
haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición,
fue desechado, y no Hubo oportunidad
para el arrepentimiento, aunque la procuro con lágrimas (Hebreos 12:15-17).
Cuando Dios libero a los israelitas después de
cuatrocientos años de opresiva esclavitud en Egipto, millones de israelitas y
una “multitud mezclada” de otras personas fueron milagrosamente conducidos a
través del Mar Rojo en su camino a la Tierra Prometida. Dios suplió cada una de
sus necesidades en el viaje, y hasta los alimentó con pan del cielo
diariamente. Ese mana proporcionaba una dieta tan perfectamente equilibrada,
que no hubo ninguna persona enferma ni débil entre ellos por cuarenta años, sin
ningún médico, farmacia ni hospitales. Llenaba sus estómagos y mantenía sus
cuerpos sanos y fuertes. Sin embargo, “la gente extranjera que se mezcló con ellos
tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron:
¡Quién nos diera a comer Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de
balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas los ajos; y ahora
nuestra alma se seca; pues nada sino este mana ven nuestros ojos” (Números
11:4-7).
Dios oyó sus murmuraciones y quejas. Lomo
cualquier mama podrá atestiguar, sencillamente no es buena idea hacer que el
cocinero se enfurezca con uno. Dios dijo: “Jehová, pues, os dará carne, y
comeréis. No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni
veinte días, sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la
aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová” (w. 18-20). Y El les envió
codornices en tan gran abundancia que ellos recogieron montones. Y comieron y
comieron, y mientras la carne estaba aun en sus bocas, miles de ellos murieron
y fueron enterrados allí. Y según el versículo 34, ese lugar llegó a ser
conocido como Kibrot-hataava, que significa “los sepulcros de los codiciosos,
como memorial a todos aquellos que comieron y no entraron en la Tierra
Prometida.
El comentarista Mathew Henry escribió:
“Quienes están bajo el poder de una mente carnal, tendrán su codicia
satisfecha, aunque a expensas de cierto daño y ruina de sus preciosas almas*.
Quiero que usted entienda que hay algunas “tierras prometidas y algunas
promesas” que Dios tiene para usted. De hecho, tenemos un libro entero de
promesas, pero algunas de ellas nunca serán cumplidas mientras el rey Estómago
gobierne su apetito y controle su vida. Dios tenia bendiciones sobrenaturales
para derramar sobre los israelitas en el desierto, pero ellos prefirieron sus
apetitos carnales. De igual manera, Dios quiere derramar bendiciones sobrenaturales
en nuestra vida, pero nunca llegaran si no estamos díspuestos a buscarlo a Él
en ayuno y oración.
En nuestra ajetreada vida, siempre hay una
fiesta, un cumpleaños, un almuerzo de empresa o algo que crea un bache en la
carretera, así que nos convencemos nosotros mismos para no comenzar un ayuno.
Mi consejo para usted, basado en la experiencia personal, es sencillamente
lanzarse y hacerlo, ¡y i usted nunca antes ha ayunado, sencillamente hágalo
durante un día y verá lo que quiero decir.
La razón de que nosotros ayunemos
corporativamente en free Chapel al comienzo de cada año, está basada en
principios que han sido adaptados del libro del Dr. Bob Rogers, 101 Reasons to
Fast [101 razones para ayunar]. Hay tres razones por las cuales comenzar el año
con un ayuno es una buena practica. En primer lugar, al hacerlo, usted
establece el curso para el resto del año. Al igual que comenzar el día con
oración establece el curso para el resto del día y cubre cualquier cosa que
pueda suceder, lo mismo es cierto de comenzar el año con un ayuno. Usted
establece el curso para el año entero a través. De lo que hace con esos
primeros días de cada nuevo año. Puede llevar eso aun más lejos y darle a Dios
la primera parte de cada día, el primer día de cada semana, la primera porción
de cada billete, y la primera consideración en cada decisión.
En segundo lugar, “se producirán bendiciones
para usted y su familia durante el año porque usted ayuno en enero . Aun en
abril, junio o agosto, aun en noviembre, cuando tenga en mente la comida del
Día de Acción de Gracias, las bendiciones seguirán abriéndose camino hacia
usted, debido a su sacrificio al Señor al comienzo del año. De hecho, fue
aproximadamente en Acción de Gracias cuando yo recibí la llamada para que fuese
al banco. Cuando llegue, un hombre y su esposa me recibieron y dijeron: Hay un
millón de dólares para el programa de construcción”. Yo me había olvidado del
ayuno que habíamos hecho diez meses antes, pero Dios no lo había olvidado. El
no sólo envió a alguien a nosotros con un donativo de un millón de dólares,
sino también a otra persona con un donativo de 500,000 dólares, otra con
250,000 dólares, otra con 50,000 dólares, y millones que se acumularon por
medio de donativos regulares, todo en aquel mismo año.
Este tercer punto es muy poderoso. Cuando
usted ayuna comienzo del año y ora, libera el principio que se encuentra en
Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas” (énfasis añadido). Si usted lo busca a El primeramente
en el año, ¡pre párese para que todas esas “cosas” sean añadidas a su/vida por
el resto del año!
Del mandamiento de sus labios nunca me separe;
guardé las palabras de su boca más que mi comida.
-Job 23:12
No hay comentarios:
Publicar un comentario