Salmo 23:4 - "Aunque camine por el valle más oscuro, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me consolarán".
La imagen de caminar por un valle oscuro resuena profundamente con la experiencia humana.
Todos enfrentamos períodos de oscuridad: temporadas de pérdida, incertidumbre o lucha.
Las palabras de David en este famoso salmo no prometen una vida sin valles, sino que ofrecen seguridad para atravesarlos.
La frase "voy por" es particularmente significativa. Los valles, sin importar cuán oscuros sean, no son destinos permanentes sino pasajes que cruzar.
Este salmo nos recuerda que incluso nuestras luchas más profundas son temporales y que siempre estamos atravesándolos, no estancados en ellos permanentemente.
Observe el cambio en el salmo en este versículo: de hablar de Dios ("Él me guía") a hablar con Dios ("porque tú estás conmigo").
Cuando entramos en nuestros valles más oscuros, nuestra relación con Dios se vuelve más personal e inmediata.
Es en estos tiempos difíciles que a menudo experimentamos Su presencia más profundamente.
La vara y el cayado eran las herramientas del pastor: la vara para protegernos contra los depredadores, el cayado para guiarnos y rescatarnos.
Estos instrumentos representan la protección y la guía de Dios en nuestras vidas.
Nos recuerdan que no solo estamos acompañados en nuestros valles, sino que estamos protegidos y guiados activamente a través de ellos.
La declaración "No temeré mal alguno" no se trata de negar la presencia del mal, sino de elegir enfocarnos en la presencia mayor de Dios.
El mal puede existir en nuestros valles, pero no tiene por qué controlarnos.
La presencia de Dios transforma nuestras experiencias en los valles de momentos de miedo en oportunidades para una confianza más profunda.
Dios mio, gracias por tu presencia constante en cada valle que enfrento. Ayúdame a encontrar consuelo en tu protección y guía. Que mi conciencia de tu presencia sea más fuerte que mi temor al mal. Amén.
Dibuja o escribe sobre tu experiencia actual en el "valle". Junto a ella, enumera las formas específicas en las que has visto la "vara y el cayado" de Dios en acción. Comparte esta reflexión con alguien que pueda necesitar un estímulo similar.
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Gracias!!.
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